El Paso Blanco ha dedicado la tradicional pieza de la ópera “Nabucco” de Verdi, “Va, pensiero”, que cada año acompaña a la carroza de Nabucodonodor II, a los refugiados ucranianos. Todos los músicos de este grupo han portado un brazalete con la bandera de Ucrania.
La procesión del Viernes Santo de Lorca, presidida por el Paso Blanco, ha tenido este año un cariz solidario gracias a la cofradía blanca, que ha querido tener presentes durante su desfile bíblico-pasional a los refugiados ucranianos.
El Paso Blanco ha abierto su procesión, como es tradición, con “La Cloca”, un importante número de niños y niñas mayordomo que abren el desfile junto al Estandarte del Rosario. Como cada año, estos niños llevan ramos de flores que entregan en Presidencia, y que este año iban prendidos con lazos con los colores de la bandera ucraniana.
Pero el homenaje más especial venía con el grupo asirio babilónico de Nabucodonosor II, inspirado en el “Libro de Daniel”, y que representa cómo Dios protege a los que le son fieles y cómo, hasta los grandes de la Tierra, se rinden ante la magnificencia de su poder. La carroza del Rey Nabucodonosor II va precedida de una infantería y un grupo de músicos, con trajes bordados a mano estrenados este año, y que tradicionalmente han interpretado la pieza “Va, pensiero” o “Coro de los esclavos” de la ópera “Nabucco” de Verdi.
Desde que estalló la guerra en Ucrania, este “Va, pensiero” se ha convertido en un himno por la paz en este país, por lo que el Paso Blanco ha querido dedicar la pieza a todos los refugiados ucranianos durante su procesión. Para ello, todos los músicos llevaban un brazalete con la bandera de Ucrania, un homenaje al que el público de los palcos se ha unido poniéndose en pie a su paso entre grandes ovaciones.