Salvación del Conjunto Monumental Santo Domingo: apoteosis de una devoción.

Hablamos con Don Juan Andrés Ibáñez Vilches, Doña María José Ruiz Cevera, Don José Francisco Sánchez Martínez y Don David Torres del Alcázar.

Diez años después del 11 de Mayo de 2011, momento en el que ellos desempeñaban los siguientes cargos: presidente del Paso Blanco, presidenta del Coro de Damas, vicepresidente primero del Paso Blanco y vicepresidente de Patrimonio Cultural y Director del muBBla, respectivamente.

Don José Francisco Sánchez Martínez, Don Juan Andrés Ibáñez Vilches, Doña María José Ruiz Cevera y Don David Torres del Alcázar a los pies de la Stma Virgen de la Amargura. 2021.

Este próximo 11 de Mayo, Lorca cumple su décimo aniversario del fatídico terremoto de 2011. ¿Qué es lo primero que te viene a la mente sobre aquel día? 

Juan Andrés: Son muchas las imágenes y los sentimientos que se agolpan en mi mente y supongo que en la de todos. Pero sobre todo la incertidumbre de no saber de los tuyos, de no saber el alcance de lo sucedido tras el primer terremoto y la certeza de la gravedad tras el segundo, la angustia por la situación y por los demás, y la obligación de tomar decisiones que no sabía si se comprenderían. Al igual que la dificultad de mantener la calma y dar cierta cara de tranquilidad para no tomar ni propiciar que se tomasen decisiones precipitadas.

Las primeras impresiones tuvieron que ser muy impactantes ¿Qué se siente al entrar por primera vez en la Capilla del Rosario y en el muBBla después del segundo terremoto?

Juan Andrés: Tras el primer terremoto recibí la llamada de uno de los vicepresidentes que me alertaba de los daños que se apreciaban en la Capilla. Me acerqué rápidamente, pero algo incrédulo pues en el edificio donde me encontraba apenas había caído algo de yeso al suelo, y comprobé visualmente los daños que aparentaban gravedad pero que yo no sabía evaluar. Recuerdo que en ese momento no entré al museo, solo atravesé la casa del paso y llegué a la Capilla donde ya se apreciaban daños en la cúpula, esa visión me impidió percatarme con pleno conocimiento de si había otros daño, salvo la comprobación de que el camarín de la Virgen de la Amargura se encontraba intacto. 

El segundo terremoto me sorprendió en la calle Travesía de Santo Domingo a escasos 20 metros de la puerta del museo, en ese momento vi como caía la cúpula de Santiago y la polvareda nos envolvió. Pasada la paralización del primer momento crucé la calle y llegue hasta la calle Paso Blanco donde había un buen número de directivos, niños que preparaban la procesión del papel y los trabajadores del paso, las costureras y el conserje. En cuanto llegué me acompañaron al interior de la capilla y ya se apreciaban bastantes daños en el trayecto por la casa del paso, la Capilla había sido cerrada tras consultar con varios técnicos y por orden del vicepresidente primero y otros vicepresidentes presentes. Esa imagen ya fue desoladora, la cúpula muy dañada el suelo lleno de cascotes y trozos de las pinturas y una piedra del arco que se sitúa sobre la nave bastante fuera de su sitio y con el riesgo cierto de que si cedía y caía caerían muchos elementos detrás

Por mi condición de funcionario público no pude acercarme de nuevo hasta el Conjunto Monumental hasta pasado el día 12 y allí ya aprecié también los desperfectos, sin duda menos graves, que había sufrido el museo.

Pepita:  Como el segundo terremoto lo vivimos “in situ” fuimos testigos  directos de su enorme intensidad y gran  magnitud. Íbamos camino de alcanzar el pasillo que conduce a la Capilla, cuando la onda expansiva de este segundo seísmo nos hizo retroceder hasta el taller de costura.

El primer terremoto fue un “plis-plas”, una sacudida enorme que nos conmocionó y casi a continuación, una llamada del Presidente, D. Juan Andrés Ibáñez Vilches, alertándome de que en la Capilla del Rosario había serios daños. Rápidamente me puse en camino hacia la Capilla para recorrer el trayecto tantas veces realizado, pero jamás con tanto desasosiego, con tanta inquietud. En esos momentos me pareció eterno. Al llegar, un grupo de blancos  congregados a la puerta de la antigua Casa del Paso me decían: “La Virgen está bien” y repetían, “La Virgen está bien y no ha sufrido daños”.

Entramos en la Capilla y efectivamente comprobamos lo que decían. La Virgen estaba bien, al igual que todas las imágenes que reciben culto en la misma. Al entrar todo parecía en orden, solo perturbado por pequeños cascotes desprendidos de las pechinas y de la cúpula, que habían caído sobre la alfombra a los pies del camarín y de los primeros bancos. Y allí estaba la Virgen de la Amargura, dando paz y sosiego como solo Nuestra Madre sabe hacerlo.

 Volvimos a salir a la calle, parecía que estábamos anclados a ella porque ninguno queríamos movernos de allí si no era para, ocasionalmente, volver a entrar a verla. Por eso el segundo seísmo nos sorprendió, como he dicho antes, en el pasillo hacia la Capilla.

Cuando por fin, de forma individual y casi furtiva pudimos entrar de nuevo, comprobamos que había muchos más cascotes y más fragmentos desprendidos de la cúpula, lo que nos  hizo suponer la gravedad de la situación. Pero los ojos de la Virgen nos tranquilizaban, parecía decirnos que todo iba a ir bien, que sus manos amorosas siempre nos protegerían.

David Torres:  Tras el primer terremoto, llamé al conservador del muBBla, Antonio Gallego para que me informara de la situación. Acudí al Conjunto Monumental y se apreciaban ya desperfectos notables en la cúpula, la rotura por encima de los riñones de la misma y la clave del primer arco toral era significativa. Durante el segundo terremoto me encontraba en Santo Domingo.

Al entrar en el muBBla se apreciaba que los daños eran limitados pero entrar en la Capilla fue un impacto enorme. Parte de la clave estaba en el suelo, importantes lienzos de la cúpula se habían desprendido, las bóvedas y el cimborrio quedaron muy dañados. Era inevitable pensar en que podía colapsar en cualquier momento.

José Sánchez: Lo primero era la angustia por si había habido algún herido o algo peor, si a la Virgen de la Amargura le había pasado algo, porque, aunque después del primer terremoto se les dijo a las personas que se encontraban en la capilla que se salieran a la calle, y no entraran hasta que no se evaluaran los daños más detenidamente, no se sabía si alguien se habría quedado dentro, ya que los miembros de la AJPB estaban preparando la procesión de papel y esa tarde había un gran número de personas en la capilla.

Después de comprobar que todo estaba relativamente bien, que no había daños personales, esa angustia se convirtió en ansiedad, ya que no se veía el momento de sacar a la Virgen de la Amargura junto con las demás imágenes de la Capilla del Rosario, mientras no paraba de caer una “lluvia” de polvo desde la cúpula de la capilla.

Tras los temblores tuvieron que tomarse varias decisiones en poco tiempo… ¿Cuáles fueron los primeros pasos a seguir para poner a salvo el conjunto monumental de Santo Domingo?

Juan Andrés: La primera decisión fue la más dura, pues fue la de que no se entraba a ninguna dependencia hasta el dia siguiente y tras ver el comportamiento de los seísmos y del edificio durante la noche, allí dejábamos nuestro patrimonio, pero sobre todo allí quedaban nuestras Sagradas Imágenes y entre todas la Virgen de la Amargura.

Al dia siguiente, como ya he especificado no pude acercarme hasta allí, pues mi condición de servidor público requería de mi servicio para atender a la población, no obstante, un importante grupo de blancos y de vicepresidentes ya se habían movilizado y en contacto con ellos fuimos tomando decisiones sobre la evacuación de las imágenes y los bienes de interés cultural, manto, palio, estandartes, …

Mientras se ponían a salvo estos elementos las administraciones también se habían puesto en marcha y desde la Consejería de Cultura y el Ministerio del mismo ramo se habían activado los protocolos de conservación y actuación sobre el patrimonio, y en ese sentido, muchas decisiones nos vinieron adoptadas. Después ya vinieron los detalles y decisiones sobre prioridades, actuaciones, … Pero es justo y obligado reconocer que los vicepresidentes, directivos y miembros del Coro de Damas propiciaron y alentaron, e incluso, formalizaron decisiones importantes en aras de la inmediatez y urgencia que requería la situación

El MuBBla alberga durante todo el año innumerables bordados…  ¿Qué se decidió hacer con el patrimonio artístico ante la inusual situación?

David Torres: La estabilidad del edificio que sirve de sede al muBBla permitió dedicar nuestros primeros esfuerzos a garantizar la seguridad de la capilla. Existía un plan de evacuación en caso de incendio parcial del edificio, pero no un plan específico para catástrofes como terremotos o inundaciones. Se decidió evacuar las salas permanentes y los depósitos comenzando por las obras de mayor valor patrimonial, aquellas imprescindibles e irremplazables que forman parte del gran tesoro que custodiamos los blancos. Las obras fueron evacuadas a edificios declarados estables por las autoridades, improvisando en los mismos estructuras y arcones planos para recibir los bordados que garantizaran su conservación a pesar de las circunstancias. Para los BIC se utilizaron sus propias cajas de traslado realizadas en su día a medida. Tras estos eventos, y las inundaciones de 2012, se redactó un plan de evacuación adaptado a las principales catástrofes naturales que fue incorporado al Plan de Conservación Preventiva del muBBla.

La cúpula de Santo Domingo fue una de las partes más afectadas… ¿Se llegó a temer por su caída en algún momento? 

Juan Andrés: Desde luego que la Cúpula fue la más afectada y la que más preocupaba. Si se llegó a temer por ella e incluso flotaba en el ambiente la posibilidad de que fuese casi imposible conservarla. Pero la rápida actuación de las administraciones en general, de algunos de sus representantes en particular, de las Fuerzas y Cuerpos de seguridad, de la empresa a la que se le habían encargado las obras de emergencia, y un sinfín de personas y empresas más se pudo conseguir en un tiempo récord afianzarla y “sujetarla” para ir evaluando fórmulas técnicas con las que proceder a su recuperación.

David Torres: La estabilidad de la cúpula estaba muy comprometida. Temimos por su colapso desde el primer momento y esa incertidumbre nos invadió hasta que se pudo asegurar el conjunto de la estructura. Un gigantesco andamio de tres mil metros cúbicos de acero garantizó la estabilidad del edificio, pero aún quedaba asegurar la cúpula, la gran joya patrimonial del Conjunto Monumental. Una gran cimbra de madera manufacturada a medida por especialistas de los astilleros al servicio de la Armada Española lograron el objetivo: el Hogar de la Virgen de la Amargura permanecería para el futuro.

José Sanchez: Sí. La cúpula presentaba una fractura en todo su perímetro, junto con un gran desplazamiento. Además, la clave del arco principal de la Capilla del Rosario estaba también seriamente dañada, y amenazaba con desplomarse, en cualquier momento. Así que como he dicho al principio, sí que temimos que la cúpula colapsara. Los técnicos nos dijeron después, que, si no hubiera sido por el edificio del muBBla que hizo de contrafuerte, el arco principal de la capilla habría colapsado y el techo y la cúpula se habrían derrumbado.

Detalle de los daños de la cúpula del Rosario tras los terremotos de 2011.

Don José Francisco Sánchez Martínez, Don Juan Andrés Ibáñez Vilches, Doña María José Ruiz Cevera y Don David Torres del Alcázar bajo la cúpula de la Capilla del Rosario. 2021.

 

Los daños fueron muy numerosos ¿Qué coste económico supuso y cómo se hizo frente?

Juan Andrés: Los daños fueron numerosos, cuantiosos y costosísima su subsanación. Desde el primer momento las administraciones mostraron su apoyo y manifestaron su compromiso de recuperación para el patrimonio, pero eran tiempos difíciles, con necesidades urgentes en la población, y además había que actuar con rapidez. Las obras de emergencia se acometieron por las administraciones y mientras nos pusimos en marcha para la redacción de proyectos y la realización de presupuestos. Estos eran altísimos, la capilla casi alcanzaba los dos millones de euros y el museo y casa del paso superaban ampliamente los 500.000. Con el compromiso de las administraciones, la solidaridad de algunas instituciones y el empuje de los blancos, decidimos que las obras se empezaban en cuanto fuese posible y que ya iríamos recibiendo y obteniendo fondos para acometerlas. El apoyo, con sus aportaciones, de los empleados del Banco de Santander, de la aseguradora MGS, de la Casa Real, de Correos, de la Comunidad de Navarra, de la Fundación Jansen, con la indemnización del Consorcio de Compensación de Seguros, de la empresa constructora y de los técnicos a cargo de la obra, y mayoritariamente de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia a través de los fondos del BEI, pero sobre todo de los blancos con sus donativos y con su apoyo y confianza en la gestión, permitiéndonos pedir financiación externa para hacer frente a los pagos hasta la llegada de los fondos prometidos. 

José Sanchez: El coste final fue de unos 3 millones de euros aproximadamente. En principio hicimos frente con un préstamo avalado personalmente por el presidente y cuatro miembros de la junta directiva, contra las subvenciones y ayudas que vinieron después, y con el seguro que teníamos del museo.

David Torres: Una vez estabilizados los edificios llegó el momento de decidir cómo proceder para su recuperación. Podíamos devolver el Conjunto Monumental a su estado a fecha anterior a los terremotos o incorporar las actuaciones que hicieran del museo y la capilla edificios más eficientes y más eficaces. Decidimos convertir la catástrofe en una oportunidad. La capilla es hoy más segura estructuralmente y energéticamente más eficiente. El muBBla avanzó en su programa de conservación preventiva incorporando renovados sistemas de iluminación y sistemas expositivos con materiales inertes y estables. Avanzamos dando un gran paso en la conservación de las obras incorporandoun riguroso sistema de control de temperatura y humedad administrado por un avanzado sistema informático.

El apartado económico se abordó desde la Comisión económica con su Vicepresidente a la cabeza. Junto al Presidente, como Vicepresidente de Patrimonio Cultural preparé proyectos, memorias, informes… fueron innumerables las reuniones con empresas, fundaciones, particulares… siempre teníamos un informe listo para ofrecer un patrocinio. Asignábamos elementos patrimoniales concretos a cada potencial mecenas. Portadas, torres, los Talleres Virgen de la Amargura, sistemas de iluminación… El empuje del Presidente y la coordinación de la Comisión económica fueron claves, nunca nos habíamos enfrentado a una actuación de tal envergadura y debe tenerse en cuenta que fue sobrevenido, no fue un proyecto que se fragua a su ritmo y según disponibilidad financiera.

Como presidenta del Coro de Damas… ¿Qué sintió al ver peligrar la imagen de la Virgen de la Amargura? ¿Qué se decidió hacer para mantenerla a salvo durante los primeros días?

Pepita: Fue una rápida y necesaria decisión de trasladarla a un lugar seguro. Es la razón de ser del Paso Blanco y había que actuar con inmediatez. A primera hora de la mañana un reducido grupo de directivos y directivas del Paso y del Coro efectuaron el traslado para llevarla fuera del casco urbano, a un lugar seguro con vigilancia día y noche. Allí permaneció hasta que el Salón Parroquial de Santiago estuvo habilitado para recibirla y ofrecerle culto, reiniciando la Eucaristía ante Ella.

No tenemos suficientes palabras para agradecer a todos ellos y, en especial, a Don Eduardo Sánchez Carrasco, nuestro Consiliario y Párroco de Santiago, por su entrega total en momentos tan duros y dolorosos.

También fueron evacuadas el resto de las imágenes que conforman el conjunto de la Capilla. Debemos dejar testimonio del infinito agradecimiento que nos hicieron llegar  cuántas personas  participaron  en este maravilloso menester. Fue un verdadero privilegio ser custodios de la Reina del Cielo, de la Santísima Virgen de la Amargura.

El muBBla fue el primer edificio público de la ciudad en reconstruirse, abriendo de nuevo sus puertas el 29 de Diciembre del mismo año. ¿Cómo fue el proceso? 

David Torres: Desde el primer momento establecimos un orden de objetivos. Los ingentes daños que presentaba la capilla y el valor patrimonial de sus elementos decorativos suponían destinar a su recuperación importantes recursos económicos, recursos que en un principio no se podían dar por seguros. Decidimos recuperar el museo por ser una actuación abordable para los presupuestos del Paso y por contar el edificio con seguro propio.

El objetivo era múltiple pero claro: recuperar parte del Conjunto Monumental de forma que la Virgen de la Amargura volviera a la casa de todos los blancos, reabrir el museo de bordados, dotar al Paso de un edificio donde realizar actividades culturales yeligiosas y recuperar un edificio para la ciudad.

La reapertura del muBBla supuso la materialización de la esperanza en el futuro desde una institución señera de la ciudad y poner al servicio de los lorquinos un edificio histórico como símbolo de la recuperación del Paso Blanco y de Lorca. La fecha para mi fue muy simbólica, el 29 de diciembre, festividad de San David Rey, celebro mi santo, viví aquella efeméride como un gran regalo, como lorquino, como blanco y como Director de la institución.

Técnicos y personal del Paso evalúan los daños y establecen el plan de actuación de emergencia.

¿Cuál fue la respuesta de los blancos ante esta situación? 

Juan Andrés: Fue una respuesta muy solidaria y colaborativa, se volcaron para evacuar todos los enseres del paso para poder comenzar las obras, hicieron aportaciones económicas, ofrecieron viviendas y locales para guardar mantos, bancos, muebles, …, y sobre todo mantuvieron su apoyo e interés por el desarrollo de la recuperación diariamente

José Sánchez: La respuesta fue buenísima. Desde el primer momento se ofrecieron para ayudarnos en todo lo que estuviera en sus manos. Ofrecieron sus casas para guardar los enseres que tuvimos que sacar del conjunto monumental de Santo Domingo, y sobre todo fueron muy compresibles con el gran esfuerzo que tuvimos que hacer para poder realizar las Procesiones de 2012.

La primera Semana Santa tuvo que suponer todo un reto para la cofradía ¿Cómo recordáis vivirla entre “andamios”? ¿Qué se sintió al ver salir de su casa a la Virgen de la Amargura bajo un enorme manto de acero?

Juan Andrés: La Semana Santa de 2012 fue todo un reto, teníamos el espacio reducido por las obras, muchos enseres repartidos por distintas ubicaciones, muchos blancos fuera de sus casas e incluso fuera de Lorca y ante todo la Capilla del Rosario, la Casa de Nuestra Virgen de la Amargura ocupada por un inmenso andamio. El Museo cumplía funciones de museo, de Iglesia, de vestuario de costaleros, de espacio para arreglar y exponer tronos. El momento agridulce fue cuando la madrugada de Miércoles Santo la Virgen de la Amargura volvió a la Capilla para volver a su trono como cada Semana Santa. Pero no podríamos visitarla, el telón de fondo sería un inmenso andamio y su red de seguridad, pero estaba en Su Capilla y saldría a las calles de Lorca para que todos los blancos pudieran rezarle, aclamarla y depositar en Ella sus esperanzas y sus anhelos. Por unas horas los lorquinos olvidaríamos la congoja que nos apretaba el alma, Alli, en la Capilla solo podía haber unas cuantas personas para realizar el arreglo del trono y vestir a la Virgen, y el Viernes Santo la vimos desde la puerta, y a la hora de la procesión solo entraron los miembros de su escolta y aquellos que habían de llevarla sobre sus hombros.

Pepita: La Virgen nos dio una lección magistral de humildad y grandeza a la vez, Ella, la Reina del Cielo, la Reina de Lorca, nos demostró que estaba al lado de todos sus hijos blancos, que estaba como ellos, con su Casa destrozada, pero que había que reunir fuerzas para continuar, que debíamos  resurgir desde los escombros,  como así ha sido con su ayuda y así fue. Ese año triunfó en la carrera como siempre y más que nunca, recogiendo el amor de todas y de cada una de las personas blancas, así como de la ciudad de Lorca.

¿Resaltarías algún detalle que no se sepa? ¿Alguna curiosidad tras más de 10 años?

Juan Andrés: Han pasado muchos años y la memoria quiere olvidar los momentos difíciles, detalles y anécdotas hay muchos y a veces vuelven a la memoria, pero creo que todo se realizó con una gran transparencia y era mucho el interés de los blancos por conocer, y desde luego por parte de la Presidenta del Coro, de los vicepresidentes encargados de participar en las obras y en las decisiones y por mi mismo, se contaba, se comunicaba y se comentaba todo aquello que fuera de interés para cualquier persona. Pero quizás un detalle poco conocido fue la gran dificultad para la restauración de las pinturas, las dificultades para hacer frente a algunos pagos y con cariño recuerdo el triduo de 2013 cuando, con la capilla sin terminar, pero ya sin andamio, los técnicos que realizaban la obra asistieron a una de las celebraciones eucarísticas y quedaron asombrados con la forma en que nuestras Damas del Coro habían arreglado cada rincón.

José Sanchez: Hay varios detalles, pero para mí el más importante es la valentía que demostró nuestro presidente Juan Andrés y os cuento el porqué de esta afirmación.

Cuando fuimos Juan Andrés y yo a Murcia a visitar al Presidente Ramón Luis Valcárcel para contarle la situación que teníamos en el paso y que no sabíamos cómo pagaríamos los costes de la restauración de la capilla, este nos dio su palabra de que la Comunidad Autónoma nos ayudaría con la reconstrucción, y solamente con su palabra, sin ningún documento oficial, se pidió el préstamo para iniciar las obras de recuperación y restauración, de la capilla, avalado por los directivos del paso antes mencionados y con la confianza que el presidente de la comunidad cumpliera su palabra, como así sucedió.

Como curiosidad quiero decir que veníamos Lázaro Soto y yo de la nave de la velica de evaluar si había sufrido algún daño. Estábamos hablando por teléfono Juan Andrés y yo, después del primer terremoto sobre un rumor que estaba circulando por Lorca avisando que venía un segundo terremoto, los dos coincidíamos que hoy por hoy era imposible predecir los terremotos, y paradojas de la vida, nada más colgar el teléfono se produjo el segundo terremoto, Lázaro y yo de un salto bajamos los escalones que van de la Alberca la plaza de la Virgen de La Amargura, sé cómo lo pudimos hacer.

David Torres: Son muchos los detalles y anécdotas. A nivel humano quiero destacar como los lorquinos nos hemos volcado en la recuperación global de la ciudad. El patrimonio cultural ha sido parte de esa recuperación desde el principio. Muchos fueron los lorquinos que se acercaban al Conjunto Monumental a preguntar por la situación, los monumentos de Lorca son la manifestación física de su identidad.

Una curiosidad destacable es que la cúpula no es completamente circular en planta. Su eje transversal es doce centímetros mayor que el eje longitudinal debido a un fallo durante la construcción del edificio del pilar que se levanta junto a la capilla del Cristo de la Oración en el Huerto. Doscientos setenta años más tarde, el pilar volvió a fallar, esta vez por los terremotos, y la cúpula en conjunto estuvo “saltando” literalmente como la tapa de una tetera. Unos segundos más y el hueco generado por el fallo del pilar hubiera sido mayor que el diámetro de la bóveda, la cúpula hubiera colapsado.

Pero sin duda hay que destacar una curiosidad bastante espectacular. La ciudad estaba cerrada por el ejército, debían controlar los accesos y propiciar la evacuación. El complejo andamiaje gestionado y venido de diferentes ciudades españolas para salvar la cúpula del Rosario no podía entrar por el cierre. La policía nacional escoltó ese andamiaje desde la entrada norte de la ciudad hasta Santo Domingo, ese fue el comienzo de la recuperación del Hogar de la Virgen de la Amargura.

Pepita: La noche del Jueves al Viernes Santo, ya casi de amanecida y con el Trono  engalanado, a falta del último detalle, me piden las piezas para anclarla y colocar las faldillas. Un sobresalto tremendo me recorrió el cuerpo, pues no recordaba haberlas visto en las decenas y decenas de traslados que habíamos hecho. Yo estaba demudada y en esos momentos aparece el entonces Jefe de la Casa del Paso (no era habitual en aquellas horas su presencia en la Capilla), preguntándonos qué pasaba y al comentárselo, nos dice que esas piezas estaban colgadas en el acceso del Coro a la Casa del Paso. Una vez más y de manera palpable la Virgen de la Amargura actuó como una verdadera madre, atendiendo a sus hijos en todas sus necesidades.

10 años después , Juan Andrés , María José, Jose y David recuerdan aquel día.

10 años después ¿Qué enseñanza nos queda de todo lo que en aquellos meses se vivió? 

Juan Andrés: La enseñanza, la gran enseñanza, fue el trabajo en equipo, como la unión supera todas las dificultades, y la capacidad de esfuerzo, de sacrificio y de coordinación, y sobre todo constatar que Nuestra Virgen nos Quiere, nos Cuida, nos Ayuda y nos Ilumina en los momentos de dificultad.

Pepita: Un inmenso agradecimiento y reconocimiento a todas las personas que, desde el principio, se pusieron a disposición del Paso y del Coro. Gracias a todos ellos pudimos salvaguardar de una manera exquisita nuestro rico patrimonio. Nos ofrecieron sus casas, sus locales, sus vehículos, su tiempo y, sobre todo, su disposición y cariño. Nosotros no lo olvidamos, pero nuestra Madre la Virgen de la Amargura, siempre nos  tiene presentes.

José Sanchez: Para mí lo más importante es que cuando los blancos trabajamos unidos y sin fisuras ninguna meta que nos propongamos es imposible, y esto se puede hacer extensible a toda la ciudad de Lorca.

David Torres:  El Presidente y la Presidenta habrán destacado los aspectos institucionales y devocionales. Destacaré aquí el valor cultural. A nivel patrimonial la cúpula ocupa hoy el valor histórico que le corresponde, un elemento artístico que pasaba desapercibido es ahora protagonista de un edificio creado para girar entorno a ella.

Todos: ¡ VIVA LA VIRGEN DE LA AMARGURA !  ¡ VIVA EL PASO BLANCO !

Compartir: